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miércoles, 20 de julio de 2011

El Veterinario en la Competición Hípica. por el Dr. Castejon.

Este articulo del Profesor Castejon, también ha sido tratado en el Curso de la FEBA, dado en el Club Zaudin, donde acudieron jinetes de Raid y aficionados al mundo del caballo.
En este articulo el Profesor Castejon quiere hacer ver a los jinetes, porque se eliminan ó no se dejan seguir en la competición.
Es una pieza que deberían de releer los jinetes de Raid, para saber el como y el porque se elimina un caballo por la Comisión Veterinaria.
Explica perfectamente los parámetros por los que se valoran a los caballos en los reconocimientos previos a la competición y en los Vet-Gates, para ver si un caballo esta en condiciones de competir ó posteriormente poder volver a salir y continuar la competición.
También en este articulo, nos enseña como interpretar los signos de las Tarjetas Veterinarias.
En otros apartados nos enseña a valorar a nuestras monturas, para ver si están bien entrenados para soportar los kilómetros propios de la competición, ya que no es lo mismo, un entrenamiento de X Km. que la suma de Km. que hay que hacer en una prueba de Resistencia Ecuestre.
Este es el articulo del Profesor Castejon:

"EL Veterinario en la Competición Hípica

Las competiciones de resistencia o endurance se caracterizan por cubrir largas distancias que oscilan entre los 160 Km. en los campeonatos del Mundo, de Europa, de España, y otras competiciones de la misma distancia denominadas CEI*** o CEN*** dependiendo de su carácter internacional o nacional, hasta las competiciones de Iniciación (20 Km.) y promoción (40 Km.), Entre ellas se encuentran competiciones con distancias intermedias de 80 y 120 Km. Estas competiciones se realizan a velocidades bajas (no superiores a 20 Km/h) donde no hay una producción de lactato alto, pero si una gran producción de calor corporal durante el ejercicio, que hay que disipar poniendo en marcha los mecanismos termorreguladores. Cuando la velocidad en la prueba supera la capacidad física del caballo, fracasan los mecanismos termorreguladores y el ejercicio debe cesar para no comprometer la integridad física del caballo.
En las competiciones de resistencia, como en cualquier otra competición hípica, existe un equipo de técnicos encargados de regular la competición de acuerdo con los reglamentos respectivos, que constituyen lo que se denomina “Jurado de Campo”. En este jurado de campo existe un grupo de veterinarios encargados de velar por la integridad física de los caballos, que se agrupan constituyendo la “Comisión Veterinaria”. Su labor es muy importante, ya que de su decisión depende que un caballo pueda ó no continuar en carrera. Algunas veces estas decisiones cuando se toman en el limite, no son bien entendidas por los jinetes y son causa de desavenencias y de disgustos. El objetivo de este artículo es intentar poner en conocimiento de todos los jinetes y deportistas cuales son los criterios empleados por los veterinarios, y en que se basan para tomar sus decisiones.


La energía para la contracción muscular que genera el movimiento, se obtiene del desdoblamiento de una molécula denominada ATP. Cuando se desdobla (o se rompe) se obtienen grandes cantidades de energía. Solo el 25% de la energía que se obtiene se utiliza para mover el musculo, el 75% restante necesita disiparse. Cuando la contracción muscular se produce durante mucho tiempo, como sucede en las competiciones de resistencia, la cantidad de calor a disipar es muy grande y por lo tanto se ponen a prueba los mecanismos orgánicos para disipar este calor.

Existen cuatro mecanismos generales para disipar el calor en el organismo: evaporación, convección, radiación y conducción. El calor producido en el músculo por la contracción muscular, pasa a la superficie corporal por conducción (al contacto entre los tejidos) y convección (contacto con la sangre circulante). Al llegar a la superficie corporal se disipa por la evaporación del sudor y por el movimiento del aire al chocar contra la piel (convección). El mecanismo de radiación puede tener un efecto negativo sobre la disipación del calor, ya que los rayos solares aumentan la temperatura corporal, por lo que se hace necesario evitarlos siempre que sea posible en los procesos de recuperación. También hay efectos negativos de la radiación al reflejarse los rayos solares sobre el terreno, así como por la radiación que trasmite el terreno cuando este está muy caliente (por ejemplo en el desierto), o tener un efecto positivo cuando se trabaja sobre superficies frías (por ejemplo en la nieve). En casos en que sea necesario, pueden usarse los mecanismos de conducción para enfriar la superficie corporal con duchas de agua fría con hielo, aunque debe hacerse con cuidado ya que un enfriamiento excesivo provoca un efecto vasoconstrictor que evitaría la llegada de sangre a la superficie corporal y por tanto dificultaría el mecanismo de evaporación

La evaporación es el mecanismo mas efectivo para disipar calor ya que los mecanismos restantes requieren que la temperatura ambiente sea inferior a la temperatura corporal. No obstante, la eficacia de la evaporación se reduce a medida que aumenta la humedad relativa, esto es, a medida que el aire se va saturando de agua.

Cuando la producción de calor es muy intensa, la evaporación se favorece por la sudoración. El sudor del caballo es un líquido hipertónico, por lo que hay que contar con una perdida de sales minerales importante al mismo tiempo que se pierde el agua corporal. Si la sudoración es muy intensa, hay una gran perdida de agua junto con sales (electrolitos), lo que conlleva a un proceso de deshidratación que si es muy intenso puede llevar a trastornos orgánicos importantes e incluso a la muerte del animal. El jinete de raid debe compensar estas perdidas de agua y electrolitos con su administración durante la carrera.

La administración de agua durante la carrera no puede reemplazar toda las perdidas por el sudor, la mayoría no reponen más de ½ o 2/3 de la pérdida de agua. Aunque esto no suponga que el caballo requiera tratamiento veterinario, estas pérdidas llegan a unos niveles donde tanto la circulación como algunas funciones celulares se pueden ver afectadas, impactando de un modo claro sobre el rendimiento del caballo. Para el caballo bien entrenado y que está trabajando dentro de su capacidad, esto no debe tener una gran trascendencia, pero para el que esta poco entrenado y que lo esta haciendo con menor condición física puede suponer un problema a añadir a los que ya tenga por la propia carga de trabajo.


La reducción del agua compromete la circulación de la sangre y reduce su volumen dado que está compuesta principalmente por agua. Esto supone que hay menos sangre en el cuerpo disponible para poder llegar a todas las partes, por consiguiente, puede reducirse el volumen de sangre que llega a la piel y afectar a la dispersión del calor corporal. Además, también se reduce el flujo de sangre que llega a los músculos, lo que significa que la provisión de energía procedente de otras zonas se reduce por lo que los músculos empezarán a hacer uso de sus propias reservas de energía. Al tiempo, se reducirá los niveles de eliminación de calor y de otras sustancias tóxicas dentro del músculo.

El flujo de sangre también puede reducirse en el tracto gastrointestinal de forma que los tiempos de absorción de agua, electrólitos y energía serán más lentos, prolongando los tiempos de recuperación y aumentando las posibilidades de problemas relacionados con el cólico.

Esto tiene que ser muy tenido en cuenta por el jinete en la competición.

El veterinario tiene la misión de detectar aquellos caballos que por una excesiva sudoración durante la carrera, tengan un grado de deshidratación incompatible con la realización de ejercicio físico y que por lo tanto deban de apartarse de la competición. Para detectar ese estado de deshidratación se realizan una serie de pruebas clínicas que pasamos a describir:

a) Prueba del pliegue cutáneo. Esta prueba se realiza tomando un pliegue de la piel, y contando el tiempo que permanece aparente. Cuando la permanencia del pliegue de la piel es de tres segundos ó mas, es indicativo de un estado de deshidratación de un 7%, lo que es incompatible con el ejercicio. El pliegue de la piel debe tomarse en la espalda del caballo para que la piel siempre tenga la misma elasticidad. Hay caballos que por ser viejos o por otras causas tienen un tiempo de pliegue retardado en condiciones normales. Estos casos hay que tenerlos en cuenta a la hora de evaluar el estado hídrico.

b) Tiempo de relleno capilar. Se toma presionando con el dedo pulgar en la mucosa gingival (encía), y contando el tiempo que tarda en desaparecer la huella, Un tiempo superior e tres segundos indica un grado de deshidratación no compatible con el ejercicio.

c) Tiempo de relleno yugular. Se toma presionando con de dedo pulgar en la parte superior de la yugular, se baja el dedo sin dejar de presionar hasta la parte inferior del cuello y se deja presionado el dedo, contando el tiempo en que se vuelve ha llenar la vena. Si el tiempo es superior a tres segundos también es signo de deshidratación no compatible con el ejercicio.

d) Motilidad intestinal. Se ausculta el intestino grueso para comprobar la presencia de ruidos intestinales. Los ruidos intestinales se producen con el paso del contenido intestinal, si hay ausencia total de ruidos intestinales nos indica una perdida de agua en el contenido intestinal, este se hace muy denso y no puede progresar, lo que desembocaría en un cólico, por lo que el caballo debe ser apartado de la competición.

e) Mucosas. Se valora la coloración de las mucosas. Normalmente tienen un color sonrosado como consecuencia de la presencia de sangre en los capilares sanguíneos. A medida que se deshidrata el caballo se produce un aumento de la coloración que pasa de sonrosado, a rojo claro, rojo oscuro y morado, como consecuencia del aumento de la concentración de hematíes por la pérdida del líquido del plasma sanguíneo. La coloración rojo oscuro es signo de deshidratación incompatible con el ejercicio.

Los signos que valoran el estado hídrico hay que evaluarlos en conjunto, ya que alguno de ellos por separado puede estar alterado por causa distinta a la deshidratación.

Como consecuencia de las perdidas de líquidos durante un esfuerzo prolongado se producen: alteraciones hídricas, con deshidratación hipotónica y hemoconcentración; alteraciones electrolíticas, con hipocloremia, hipopotasemia e hipocalcemia; y desequilibrio acido-base, con alcalosis respiratoria y alcalosis metabólica.

En estos casos, cuando el trastorno fisiopatológico no es muy intenso, el caballo puede recuperarse por sus propios medios, pero en casos graves debe ser atendido por el veterinario de campo lo antes posible ya que en algunos casos, de la rapidez con que se instaure el tratamiento, depende la vida del animal.

Un retraso al buscar el tratamiento para un caballo con problemas puede suponer que estos empeoren de un modo importante. Es impresionante como un caballo mejorará ante un tratamiento eficaz que le permita reemplazar el agua, electrólitos y la energía perdida. Cuanto más tiempo pase el caballo en una situación deficitaria respecto a estas variables y, mayor sea el nivel de agotamiento, mayor será la probabilidad de que aparezcan problemas de salud serios. A menudo, los caballos no pueden volver a alcanzar sus mejores marcas y niveles de rendimiento después de una agotadora competición o un golpe de calor. Aunque clínicamente no haya ninguna causa que justifique esta disminución del rendimiento. 
Parece ser que las rutas bioquímicas y el "termostato" del cuerpo no llegan a recuperarse del todo nunca. Es por lo que un tratamiento adecuado a tiempo es preferible que comprometer la salud del caballo y su rendimiento a largo plazo. Es aconsejable empezar el tratamiento rápidamente para impedir que los problemas puedan complicarse.



Para evaluar todos estos signos clínicos se precisa de la experiencia clínica practica de un Veterinario ya que se requieren conocimientos sobre la estructura del animal, para de esta forma poder evaluar su aparato locomotor y la integridad del mismo, sobre los procesos fisiológicos que acontecen en el animal, y como consecuencia evaluar las consecuencias fisiopatologicas que pueden derivarse del ejercicio de resistencia, para de esta forma poder tomar la decisión de si el caballo puede ó no continuar en la competición.

Los objetivos que deben estar presentes en la actuación del veterinario en la competición son:

1º) Proteger al caballo y mantenerlo en la competición siempre que este en condiciones de salud.

2º) Dar asistencia medica a aquellos caballos que son apartados de la competición y así lo requieran.

3º) Identificar al caballo mediante la interpretación de los signos que van reseñados en la reseña gráfica de su pasaporte, así como comprobar la correcta aplicación de las vacunaciones obligatorias.

Para cumplir estos objetivos, el veterinario debe realizar una serie de exámenes e inspecciones de los caballos tanto al inicio como durante y al final de la competición.

a) Examen previo. Este examen nos sirve para identificar al animal, comprobar el correcto procedimiento de vacunación, y comprobar el estado de salud del animal.

b) Inspección durante el raid. Durante el raid, se producen una serie de paradas obligatorias para descanso del animal con un tiempo dedicado a la inspección de los caballos. De igual forma pueden realizarse una reinspección diez minutos antes de tomar la salida, para comprobar  la recuperación durante la parada. Esta reinspección puede hacerse de forma obligatoria para todos los caballos cuando esté especificado en el avance del programa, o de forma opcional cuando así lo requiera algún veterinario para comprobar la recuperación durante la parada.

c) Examen final. En este examen se comprueba el estado físico del caballo como si este tuviera que continuar en la prueba. También debe hacerse un examen al día siguiente para determinar si el caballo está en condiciones de emprender el viaje de regreso, ya que hay casos en que los caballos tienen que recorrer grandes distancias para volver a su origen y hay que asegurarse que emprenden el viaje en buenas condiciones.

El examen previo puede hacerse en una primera parte, en la cuadra donde se encuentre alojado el caballo. Se procede a la identificación del animal, comprobar el registro correcto de las vacunas obligatorias, y el examen metabólico. La segunda parte se realiza en una pista donde se encuentra instalado el “Vet-Gate”, y donde se realiza la inspección del trote para comprobar que no existe claudicación incompatible con la competición.

EL Vet-Gate es el recinto diseñado para llevar a cabo la inspección de los caballos durante el raid, tiene una zona para realizar el control metabólico y otro para la comprobación del trote. Debe ser lo suficientemente amplia para realizar las inspecciones con comodidad, teniendo en cuenta que en determinados momentos puede haber acumulaciones de caballos. Las calles de trote deben tener una longitud de 35 m. y una anchura suficiente para que un caballo trote con comodidad. El terreno debe ser uniforme y una dureza que como máximo se marque la huella. Es preferible un poco duro que un poco blando. Al ser una competición que se realiza en el campo, el terreno no siempre es el ideal. Esta circunstancia hay que tenerla en cuenta, y si fuera necesario, llevar el caballo a una zona con buen terreno.

En el examen físico hay que tener en cuenta una serie de parámetros que iremos detallando a continuación, pero uno muy importante es la apariencia general. En este parámetro tenemos que tener en cuenta la actitud del animal, su expresión, sus ganas de moverse etc. Esto es importante evaluarlo sobre todo cuando hay parámetros que están en el límite de la normalidad, y nos puede ayudar a tomar una decisión. Un animal fatigado se encuentra deprimido, con falta de interés por todo lo que le rodea, falta de apetito y de sed, temblores musculares y en un estado más avanzado de fatiga se producen contracciones musculares superficiales y fluter diafragmático.

La frecuencia cardiaca es un parámetro esencial para determinar como se encuentra el animal y evaluar el stress producido por el ejercicio. Los músculos al trabajar demandan una gran cantidad de oxigeno por lo que el corazón debe latir mas rápido para aportar esa mayor cantidad de sangre. Una vez que el caballo se para, la frecuencia cardiaca desciende rápidamente volviendo a valores cercanos al reposo. La velocidad con que la frecuencia cardiaca retorna a sus valores de reposo nos indica la buena adaptación metabólica al ejercicio.

En reposo la frecuencia cardiaca oscila entre los 20 y 40 latidos por minuto dependiendo de la raza, la edad y la condición física. Los caballos de raza árabe poseen una frecuencia cardiaca mas baja que los de otras razas, de igual forma un caballo adulto posee una frecuencia cardiaca mas baja que un caballo joven. Por otra parte los caballos al mejorar su condición física, adaptan las demandas de oxigeno aumentando su volumen contracción con lo que disminuye su frecuencia cardiaca.

Un caballo entrenado recupera la frecuencia cardiaca a 64 l/m en un tiempo entre 2 y 10 min. de la llegada. Un mayor tiempo de recuperación nos indica que la velocidad desarrollada durante el ejercicio es mayor que la condición física del caballo, y cuando el tiempo en descender la frecuencia cardiaca a 64 l/m supera los 20-30 minutos (dependiendo de las condiciones de la prueba), se considera que el caballo no está preparado para continuar realizando ejercicio, y debe apartarse de la competición y recibir cuidados veterinarios.

El índice de recuperación cardiaca fue implantado por el veterinario californiano Kerry Ridway y se usa como indicador de recuperación después del ejercicio. El procedimiento a seguir es el siguiente: se toma la frecuencia cardiaca y el caballo trota 70 metros, al minuto de haberla tomado por primera vez se vuelve a tomar. La velocidad del trote no influye ya que con un trote rápido hay un mayor tiempo de recuperación y con un trote mas lento el caballo debe elevar menos la frecuencia cardiaca. Una diferencia de más ó menos 4 latidos por minuto, indica una buena recuperación, mientras que una diferencia de 8 ó más latidos por minuto indica falta de recuperación que puede estar asociada con el estado de hidratación, dolor muscular, cojera, etc. Este índice es solo indicativo y por si solo no es evaluable ya que todavía no existen datos suficientes para que sea decisivo por si mismo.

Frecuencia Respiratoria

En reposo oscila entre 12-20 r.p.m. Con el ejercicio aumenta y normalmente durante el galope se acopla con el tranco del caballo de tal forma que el caballo inspira durante la fase de suspensión y espira durante la fase de contacto con el suelo. Al cesar el ejercicio desciende de forma paralela a la frecuencia cardiaca. Este descenso puede verse influenciado por las condiciones climáticas, la cubierta de pelo corporal, la falta de condición física. En ambientes climáticos calurosos y húmedos la frecuencia respiratoria se hace superficial y elevada para favorecer la evaporación en el espacio muerto respiratorio. Normalmente una frecuencia respiratoria alta está asociada con una temperatura rectal alta (40ºC.), por lo que es prudente detener el ejercicio.

Temperatura

Tomar la temperatura rectal es un buen indicador de la temperatura en el interior del organismo. La temperatura normal de un caballo se encuentra entre los 36-38ºC. Con el ejercicio sube entre 38-39ºC. Con 40ºC se sobrepasa lo normal y se empiezan a aumentar las demandas metabólicas de energía por lo que disminuye el rendimiento físico. Hay que poner en marcha estrategias para disminuir esa temperatura, con duchas etc.

Si la temperatura sobrepasa los 40,5ºC., estamos en una situación anormal que debe corregirse rápidamente y el caballo no debe continuar con el ejercicio. En estos casos, el caballo puede experimentar signos de incoordinación y soñolencia y pérdida de control muscular, por lo que se puede presentar una caída que sea peligrosa tanto para el caballo como para el jinete.

Cuando se sobrepasan los 41ºC., las demandas metabólicas aumentan hasta niveles que no se pueden satisfacer, con lo que se produce un déficit de oxigeno a los tejidos que afectan a los riñones, hígado y cerebro.

A temperaturas superiores a 42ºC, se entra en stres térmico que puede llevar a convulsiones y la muerte del animal.


Estado de Hidratación

Para evaluar el estado de hidratación se usan los segundos para medir el pliegue de la piel y el tiempo de relleno yugular y capilar, y se señala con flechas hacia arriba cuando la motilidad intestinal está alta o con flechas hacia abajo cuando la motilidad intestinal desciende. Para las mucosas y conjuntivas se usan letras mayúsculas de tal forma que A es sonrojada, B rojiza, C roja intensa y D morada.

El pliegue de la piel nos indica la mayor o menor elasticidad de la piel y eso depende del grado de hidratación. Un caballo bien hidratado es difícil que el pliegue de la piel se mantenga por mas de un segundo, aunque puede variar dependiendo de la raza, la edad y el estado corporal (los caballos delgados tienen un tiempo de pliegue superior a un caballo gordo) del animal. Más de un segundo nos indica una deshidratación moderada que corresponde con un 2-3% de pérdida hídrica. Más de 2 seg indica una pérdida hídrica de 5% y eso indica una pérdida significativa de líquidos corporales. Más de 3 seg corresponde con un 7% de perdida hídrica y esto se corresponde con una deshidratación severa, y en esa situación esta en peligro la vida del caballo.

El relleno capilar y yugular nos indica también el grado de hidratación, ya que una perdida de líquidos corporales provoca una perdida de plasma sanguíneo, con lo que al disminuir el volumen de liquido en la sangre, su circulación se hace mas lenta y llega con mayor dificultad a las diferentes partes del organismo. El tiempo de relleno capilar se toma presionando con el pulgar sobre encía del caballo. Al presionar la mucosa que tiene un color sonrojado, se vuelva blanco por la falta de riego sanguíneo. El color sonrojado debe volver en menos de 2 seg. Más tiempo nos indica perdida de líquido en la sangre, dificultad circulatoria y peor eficacia de oxigenación. El tiempo de relleno yugular se toma pasando el pulgar sobre la yugular, para vaciarla, y dejando presionado el dedo, Se mide el tiempo en que la sangre vuelve a aparecer. En cada caballo el tiempo de relleno yugular puede variar, sin embargo, mas de 2 seg indica igualmente perdida de liquido en sangre dificultad circulatoria y déficit de oxigenación a los músculos.

La actividad intestinal esta asociada a la mayor ó menor presencia de ruidos intestinales en ambos flancos del caballo y esto nos indica mayor ó menor presencia de líquido en el contenido intestinal. Cuando un caballo realiza ejercicio una parte del líquido intestinal pasa a la sangre, con lo que se pierde líquido en los intestinos. Si la perdida es muy importante, el contenido intestinal se estanca y no hay transito lo que conlleva a la presencia de dolor cólico.

Heridas y Rozaduras

En el examen físico del animal, tanto antes como durante el raid, hay que fijarse en la presencia o no de heridas ó rozaduras que puedan ser causa de dolor durante la carrera. Las heridas más frecuentes se producen por el roce de la montura ó la cincha asociado con la sudoración. También pueden aparecer en las extremidades como consecuencia de la falta de coordinación que se produce con la fatiga. Hay que evitar que se produzcan y en el caso de no poder solucionar el problema, el animal debe ser apartado de la competición para evitarle sufrimiento. Cuando se presentan en la inspección previa, suelen coincidir con un síndrome de sobreentrenamiento.

Además de las heridas y rozaduras ya mencionadas, en las extremidades hay que valorar las inflamaciones en articulaciones y zonas tendoligamentosas así como un exceso de calor en los cascos.


Tono Muscular

El tono muscular es otro parámetro que se usa para medir el estado de hidratación ya que refleja la llegada del flujo sanguíneo al músculo. Los músculos deben estar relajados y sin dolor a la palpación. La fatiga causa temblores musculares o contracciones debido a trastornos en los fluidos y en los electrolitos. Es frecuente que los músculos del tercio posterior se queden duros y contraídos durante las carreras de resistencia por diferentes causas. Por otra parte la fatiga provoca falta de tono muscular en los esfínteres (como el anal), y a veces también falta de tono muscular en la cola.


Movimientos

El examen del trote nos permite observar el estado general del caballo su energía y su estado de forma física. Además debe de valorarse la falta de dolor en el ejercicio “Cojera”.

El examen se realiza en línea recta, con el ronzal suelto, permitiendo el movimiento libre de la cabeza, y situándose el conductor a un lado del caballo lo que permite ver bien a los veterinarios y sobre una distancia de 35 metros ida y vuelta, sin ningún tipo de ayuda exterior, ya que si fuera necesaria indicaría un alto grado de fatiga. El trote en línea recta, y en un recorrido de ida y vuelta, permite observar al animal por su tercio posterior al alejarse y el anterior cuando regresa.

Para decidir si el caballo puede o no continuar en la carrera evaluando la calidad del movimiento es conveniente tener al meno la opinión de tres veterinario y si es posible que estos tres veterinarios sean los mismos en todos los caballos para uniformizar los criterios

Cojera.



Un caballo con irregularidad del paso, observable de forma continua al paso y/o al trote bajo cualquier circunstancia y que pueda ser causa de dolor durante la marcha ó comprometer el futuro deportivo del caballo, debe ser eliminado.


La Asociación Americana de Veterinarios especialistas en Equidos, ha establecido para intentar homogenizar los criterios 5 grados de cojeras que se muestran en el cuadro adjunto. Según esto el grado 3 corresponde con la definición de cojera que es motivo de eliminación según el reglamento de Raid de la Federación Ecuestre Internacional (FEI). Este criterio debe ser mantenido lo más uniformemente posible de ahí que es bueno contar por lo menos con 3 veterinarios que consideren que la cojera es observable de forma constante bajo cualquier circunstancia. En el caso de disparidad de criterios entre los veterinarios debe de aceptarse la opinión de la mayoría ya que exigir unanimidad sería ponerse en manos de la opinión de un solo veterinario, el menos exigente.

§ Grado 1. Difícil de observar, no constantemente aparente, solo en ciertas circunstancias.

§ Grado 2. Difícil de observar al paso o en trote en línea recta. Constantemente aparente bajo ciertas circunstancias.

§ Grado 3. Constantemente observable al trote bajo cualquier circunstancia.

§ Grado 4. Cojera evidente; marcado cabeceo, con acortamiento el tranco.

§ Grado 5. Incapacidad de soportar peso por una extremidad; incapacidad de movimiento.


A menudo se recrimina a la comisión veterinaria ser demasiado estrictos en la apreciación del grado de cojera, o al contrario, ser demasiado permisivos. Estas situaciones son inevitables, ya que decidir si el caballo tiene una cojera de grado 2, y que por lo tanto puede continuar, o por el contrario se es de grado 3 y debe eliminarse es muy sutil y puede darse la controversia. La única solución es confiar en la imparcialidad y la profesionalidad de la comisión veterinaria. El reglamento de raid indica que es la comisión veterinaria la que tiene la competencia de decidir en este tipo de cuestiones, y por lo tanto su decisión hay que aceptarla de forma deportiva.
El presidente del jurado, de acuerdo con el criterio mayoritario de la comisión veterinaria debe eliminar ó no al caballo."
Saludos de Gabriel.

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